Reseña de Katia Al-Tawil sobre
El lamento del duduk, la novela de Jalal Barjas
[Finalista de 2024, el Premio Sheikh Zayed del Libro, LITERATURE]
El lamento del duduk es una novela del poeta y novelista jordano Jalal Barjas, ganador del Premio Internacional de Ficción Árabe en el año 2021 por la novela Los cuadernos del librero (Dafater al-warraq*). El autor clasifica su texto dentro del género de la autobiografía novelada por referirse cada uno de los tres capítulos que componen la obra a una etapa importante de su vida. A lo largo de 224 páginas, el autor repasa los acontecimientos más notables de su infancia, juventud y madurez hasta que cumple la edad de cincuenta y dos años.
La elección del título llama la atención si se desconoce que el duduk es un instrumento musical similar a un oboe, de origen y fabricación armenios, que se caracteriza por su tono triste, cálido y evocador. De ahí que la otra palabra del título sea «lamento», es decir, un gemido sin llegar al llanto. Por consiguiente, el título ya anuncia que la tristeza, la nostalgia y los viajes al pasado habitan el espacio narrativo del texto. Mas lo que sorprende al lector es la división tripartita de la autobiografía novelada en tres tiempos, tres lugares y tres relatos. En cada capítulo, el espacio de la narración es diferente al del momento de la escritura, hay un regreso a una etapa del pasado del escritor y se aborda una obra de la literatura universal distinta en cada etapa. Es como si el espacio, el tiempo y la escritura transcurriesen de acuerdo con una línea horizontal de recuerdos interconectados y armoniosos que el novelista quiere compartir con el lector, trasmitiéndoselos a través de la palabra, la música y la imaginación.
Primer capítulo: la infancia
Los acontecimientos del primer capítulo, el más extenso de la obra, suceden en un avión con destino a Argelia, donde se ambienta la trama inicial, hasta el regreso de aquel país. En esta parte de la obra, el escritor transmite sus recuerdos de infancia, la relación con su familia, su tío querido, el colegio, cómo aprendió a leer y escribir, y su primera inmersión apasionada en la lectura. El autor decide leer la novela El extranjero del literato francés Albert Camus (1913-1960) e intercalar varios pasajes en la narración.
Abundan las frases que aluden a un retorno hacia el pasado: «La memoria me devuelve a»; «Rememoro el momento de mi primera lectura en la época escolar», «Recuerdo aquel día del verano de 1985», y otras. La vuelta a los años ochenta del siglo XX y a la infancia del escritor se entrelaza con el momento presente cuando se encuentra en Argelia. En la secuencia de recuerdos, el lector halla descripciones breves de lugares emblemáticos de Argelia como una cúpula romana, observaciones sobre el carácter de sus gentes, o el propósito del viaje del escritor / narrador a este país nuevo para él.
El escritor oscila entre los lugares de su infancia y los del tiempo del relato, entre el pasado y el presente, entre su relación anterior con la literatura y la actual tras consagrarse como un escritor conocido y acreditado.
Segundo Capítulo: la juventud
En el segundo capítulo, el escritor pasa a la juventud en Gran Bretaña, una nueva etapa de su vida acompañado por una novela diferente de El extranjero, la novela del sudanés Tayeb Salih (1929 – 2009) titulada Época de emigración al Norte. El escritor viaja a Kingston-upon-Thames, al sudoeste de Londres, para recibir formación en compañía de unos colegas en una escuela llamada Radnor. A medida que avanza el curso, el escritor recuerda su último año de secundaria en Hanina en 1984 y su mudanza a Madaba para cursar el bachillerato. En esta parte del texto, en la que difieren el espacio y el tiempo de la escritura, el escritor recuerda el inicio de sus estudios en Madaba, los rostros de sus compañeros y sus orientaciones políticas, además de los cambios que entonces se produjeron en su carácter y que determinaron su personalidad futura , su forma de vestir, pensar y comportarse.
Barjas también recuerda las diferencias de opinión con un padre que quería convertirlo en oficial del ejército como él, mientras que el escritor por su parte quería viajar y ser médico. Divergían sus puntos de vista: el padre temía que su hijo se apegara a los viajes y se alejara de él, en tanto que el joven Jalal Barjas soñaba con ciudades nuevas, horizontes amplios y encuentros inesperados. La solución llegó cuando el joven escritor ingresó por casualidad en la academia militar para estudiar ingeniería de aviación militar.
El rosario de la memoria corre con los recuerdos de la vida en el desierto y su relación con los compañeros del cuartel. Los cambios que el escritor conoció a la fuerza multiplicaron su huida de la realidad hacia el mundo de la lectura y la escritura. Durante esta etapa, Jalal Barjas descubre su apego a la escritura, una fuerte tendencia al aislamiento y encuentra en la literatura un refugio seguro del entorno militar.
Tercer capítulo: la madurez
En el tercer capítulo, el escritor viaja a Ereván, Armenia, y rememora la época posterior a la juventud. Barjas recuerda su disposición inicial a escribir, las dificultades de publicar y los desafíos que enfrentó al pasar de ser un soldado, forzado a servir en el ejército, a vivir del oficio de la literatura, que amó desde la infancia. El escritor comienza este último capítulo con los detalles sobre la publicación de su primera obra a finales de los años noventa del siglo pasado.
Si bien en los dos primeros capítulos el escritor se basa en un libro de Albert Camus y otro de Tayeb Salih, en el tercero le acompaña Mi Daguestán del poeta Rasul Gamzátov (1923 – 2003). Un país, una etapa y un libro nuevos que el lector descubre a través de los ojos de un narrador que va perdiendo a su gente más querida: la madre, el tío y la abuela.
Es natural que el escritor cierre el texto con Armenia, la muerte y la tristeza por la pérdida de seres queridos. Es natural que el título corresponda al contenido del libro del último capítulo, cuando el autor vive la edad más próxima a la del momento de escribir. En este final, el narrador se encuentra sentado a la mesa de las pérdidas, la música triste y la pena. Tras años de escapar hacia la lectura, la escritura y el mundo de los libros, Barjas dice: «Escribo para huir y corro hacia la escritura en busca de unas armas, inexistentes todavía, con las que derrotar a los monstruos, romper el manto de la tristeza y apagar mi ruido interior» (p. 204).
El lamento del duduk es la novela de un viaje por el interior de uno mismo, por la geografía y por varias épocas diferentes. Un viaje por el espacio y el tiempo de la literatura. El escritor nos lleva en un recorrido amplio por los recuerdos de las ciudades que visitó, los libros que leyó y la evolución de su relación con los demás. Llegados a este punto, hay que destacar de nuevo que esta novela es un escape. Jalal Barjas, un muchacho en la cincuentena, huye de la realidad, de su entorno, de la tristeza y de las decisiones difíciles que hay que tomar en la vida, y encuentra en la literatura una solución frente al dolor y la tristeza tras largos años de estudio en la academia militar y haber asumido responsabilidades familiares.
Traducción de Antonio Martínez Castro
* Esta novela ha sido publicada en inglés bajo el título The Bookseller’s Notebook, Interlink Publishing: Massachusetts, 2022. ISBN: 9781623718206