LA SOMBRA DEL SOL, del kuwaiti Taleb Alrefai

Joselyn Michelle Almeida reseña:
LA SOMBRA DEL SOL, del kuwaiti Taleb Alrefai
[en inglés Shadow of the Sun]
Traducción inglesa de Nashwa Nasreldin
Banipal Books, London, 2023
192 pp., £10.99
ISBN-13: 978-1913043360

NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO

Las grandes migraciones diaspóricas de Hispanoamérica, África, Asia y Medio Oriente que acompañaron la globalización durante los 60 y 70 han convertido la experiencia emigrante en un género novelístico en la literatura mundial, si bien ya en la antigüedad se adumbraba con la Odisea de Homero, o tragedias como Las troyanas de Eurípides. «¿Qué lamentos bastarán para deplorar tu indigna suerte?» pregunta el Coro de Eurípides ante la incertidumbre que espera a las migrantes de Troya.

La novela del autor y ensayista kuwaití Taleb Alrefai (Kuwait, 1958), La sombra del sol [publicada en inglés bajo el título Shadow of the Sun, Banipal Press, 2023], actualiza esta pregunta para el siglo XXI. Además de La sombra del sol, Alrefai ha publicado más de catorce novelas, entre ellas El olor del mar (2002), Sámar (2016) y Nechdi el marino (2022); seis colecciones de cuentos, una obra de teatro, y varios estudios literarios. En 2012 fue escritor en residencia del aclamado Iowa International Writing Program. Después de una etapa profesional como ingeniero, Alrefai, cuya obra ha sido premiada, es actualmente funcionario del Consejo Nacional de Cultura, Arte y Literatura de Kuwait.

El protagonista de La sombra del sol es el desdichado Míster Helmy, un joven maestro egipcio casado con Saniya, la novia de su juventud, y cuyo sueldo como docente de árabe no le permite mantener a su familia. La frustración de la pobreza y los conflictos que surgen a raíz de vivir en un pueblo pequeño de las afueras de El Cairo en la casa de su padre, un patriarca férreo que controla a la madre y hermanas de Helmy —e intenta controlarlo a él— lo llevan a situaciones cada vez más desesperadas: primero, a entablar una relación clandestina con su sensual y bella tía política, Nema, y luego, a emigrar a Kuwait en busca de trabajo.

El lado oscuro del sol de Taleb Alrefai suma una contribución destacada al género de la literatura de emigración, definida a grandes rasgos en occidente durante las últimas décadas por títulos como Hijos de la medianoche (1981) de Salman Rushdie, Soñar en cubano de Cristina García (1992), Dientes blancos (2000) de Zadie Smith; y Un iraquí en París de Samuel Shimon (2005). La experiencia de la emigración, llena de vicisitudes, desencuentros, y hasta peligros mortales revela la amplitud de la experiencia humana desde la solidaridad más sublime hasta la crueldad más desoladora tanto en la sociedad de origen como en la sociedad nueva donde el emigrante intenta aculturarse.

El género de la novela de emigración suele explorar el recorrido de un personaje desde el mundo de la periferia al mundo de la metrópolis europea o norteamericana, mas La sombra del sol destaca por presentar la emigración entre países del sur global, de Egipto a Kuwait, donde Helmy—según Hajj Metwally, su tío político y también marido de Nema— podrá ganar en un mes el sueldo que tardaría dos años en Egipto (p. 29). Entre la desesperación de vivir con sus padres, los discursos de su tío y los de su mujer, quien lo compara con el marido de su hermana, Dessouki, un emigrado «exitoso» que envía dinero mensualmente desde Kuwait, Helmy decide pedir un préstamo a Nema para el billete del avión y lanzarse a probar fortuna.

Taleb Alrefai

Desafortunadamente, la carta que Dessouki envía a Helmy detallando las realidades que le esperan en Kuwait no llega a tiempo, y tiene que descubrirlas en carne propia. Si bien la pobreza de su situación en Egipto resultaba desesperante, nada lo prepara para la pérdida de su posición social como maestro de árabe y el laberinto burocrático que lo atrapa. Helmy descubre que las compañías hacen subcontratas con los permisos de residencia bajo el beneplácito del gobierno kuwaití después de solicitar uno varias veces a la compañía de Abu Ajjaj, con préstamos que le hace Dessouki para pagar las tasas extorsionistas por el permiso y el carné de identidad. Ambos se indignan cuando otro egipcio se presta para cometer en estos abusos, pero al protestar, el propio Abu Ajjaj echa a Helmy del país, y necesita la intercesión de un kuwaití para no ser deportado.

Dessouki también comparte su vivienda con Helmy, una habitación que sirve de hogar a otros tres trabajadores, quienes reciben al maestro de árabe con una mezcla de compañerismo y pena. Uno de ellos, Fathi, es un joven como él quien le provee una de las pocas salidas para el deseo reprimido de estos hombres sin mujeres: alquilar películas porno. La realidad del cuartucho donde Helmy pasa sus días esperando a que se resuelva el trámite de su residencia y su eventual empleo en un alcantarillado revela una realidad muy distinta a las visiones de dinero fácil y lujo que había fabulado su tío. En un monólogo interior, Helmy lo acusa, «No es cierto, Hajj Metwally, perro. Aquí solamente hay gran hambre, grandes abusos, y grandes desgracias» (p. 41).

Helmy descubre amargamente la sabiduría del viejo refrán, «no todo lo que brilla es oro», y su suerte empeora a tal grado que llega a preguntarse: «¿Me habrá mentido ese perro Metwally para vengarse de mí y apartarme de su mujer? ¿Sabría lo que sucedía entre su mujer y yo, enviándome a la compañía de Abu Ajjaj para restregarme el rostro en el fango?» (p. 83). La perdición de Mr. Helmy, sin embargo, no llega al extremo del fantasma que habita la novela, Akram Shah, un compañero de trabajo que se suicida cuando Abu Ajjaj roba la nómina de los trabajadores. El hombre, oriundo de la India, había empeñado a su mujer e hijos a un terrateniente, y si no pagaba, le daba derecho a esclavizarlos. Al no poder enviar el pago, el terrateniente viola a la mujer de Akram y esclaviza a los niños. A través de este desgarrador episodio, Alrefai denuncia el entramado de las subcontratas de la labor inmigrante que en muchos casos, se han convertido en un aspecto criminal del capitalismo global desde que la novela fue publicada originalmente en 1988.

Si bien Helmy no muere, lo espera un destino que tal vez sea incluso más cruel cuando la sobrina de la jefa de Dessouki, la única alumna a quien logra dar clases particulares de árabe, lo seduce, y la jefa los encuentra en flagrante. Helmy es acusado de violación, y lo que sigue es una secuencia kafkiana donde incluso entra en juego la complicidad del autor en el destino de sus personajes. De hecho, la presencia del autor como personaje desconcierta a Helmy desde el comienzo de la novela, cuando lo conoce en el avión rumbo a Kuwait por primera vez. Taleb Alrefai se aparece en momentos clave de la narración e interactúa con Helmy: cuando necesita que un kuwaití interceda para que no lo deporten, o incluso, en la comisaría después de su detención.

Dicha técnica experimental pone en relieve el estado mental de Helmy, su gran sufrimiento y ansiedad, y su deterioro progresivo a lo largo de la narración. A la vez, la implicación de Alrefai en su obra, que él mismo comenta al comienzo de la novela, genera preguntas sobre el rol social del autor y la relación entre la literatura y la sociedad. Como explica Alrefai en la nota de autor, la novela es «casi un documento histórico de mi vida y la de los trabajadores con quienes trabajé durante quince años». Mientras que la sociedad como punto de partida coloca a la obra de Alrefai en una corriente realista como puede ser la obra de Tom Wolfe (y anteriormente de Dickens, Zola, o Thackeray), el autor como personaje de la propia novela añade una dimensión metacrítica a cualquier lectura fácil de dicho realismo.

La emigración pone a prueba el principio de hospitalidad al forastero, que filósofos desde Emanuel Kant hasta Anthony Appiah han caracterizado como fundamental para la ética humana. En La sombra del sol, Taleb Alrefai demuestra como el dinero corrompe y ultraja este principio de humanidad a través de las tragedias de los personajes de Helmy, el maestro sensible que pierde su integridad, cordura, y libertad, y de Akram, quien pierde la vida. Para miles de trabajadores migrantes como ellos, tanto en Kuwait como en Europa o en Estados Unidos, la potente denuncia en las páginas de La sombra del sol de Taleb Alrefai acusa un sistema explotador que atropella derechos humanos y laborales si hay una fortuna de por medio.

Joselyn Michelle Almeida
Madrid, 2024

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